Cómo los managers podéis aportar en la captación de talento

El camino del manager no es nada fácil. Opinamos, todos opinamos sobre ello. Los que gestionamos personas lo mejor que podemos hacer es reconocer que éste es nuestro principal campo de mejora y aprendizaje, pues todo lo relacionado con el factor humano esconde cantidad de lecciones, retos y sorpresas a diario.

En cualquier caso, el tema de hoy es la selección de personas. En este sentido, creo que la visión de los managers sobre la captación de talento ha evolucionado, y la mayoría reconocéis que es un aspecto fundamental, sobre todo cuando os dais cuenta de la habéis cagado incorporando a alguien que sólo os trae problemas, o al contrario, cuando de forma inesperada se incorpora alguien en el equipo que es capaz de mejorarlo todo.

Podría hablar de aspectos como la importancia de la confección de la job description (aquel formulario que os hacemos completar los de RRHH), la reflexión sobre aspectos clave como los principales obstáculos y problemas a los que se enfrentará la persona que se incorpore a vuestro equipo, la importancia de que en una entrevista el 80% del tiempo debe ser de habla del candidato y escucha de los entrevistadores, la importancia de hacer preguntas abiertas, de que regaléis algo tan simple como una sonrisa inicial para crear un ambiente relajado y abierto (a veces tengo que sonreír por mi y por el manager), y un largo etc.

Pero no quiero enrollarme en algo en lo que, si el tema os interesa, podéis leer en muchos blogs.

Me gustaría que tengáis en cuenta estos puntos, en los que sí detecto falta de consciencia y habilidades:

  • Quitaros de la cabeza la palabra “selección”. O dicho de otra manera, tened claro que si delante tenemos un buen profesional, la selección la realizará él / ella, y vosotros seréis los seleccionados.
  • Sed muy conscientes de aquellas ventajas competitivas que ofrece vuestra organización y vuestro equipo de trabajo a los candidatos. Si no las tenéis claras, tenéis un problemón.
  • Cada gesto, cada mirada, cada sonrisa, cada palabra transmite unos valores y una forma de hacer que el candidato captará y evaluará en cuestión de segundos, de forma consciente o inconsciente. Trabajad vuestras competencias comunicativas si queréis incorporar personas que aporten valor a vuestro equipo.
  • Para mí, los managers sois los putos amos: sois de los que más saben del sector, creéis en la gestión de personas y además sois buenos tíos. A mí no me tenéis que demostrar nada porque confío en vosotros, pero con el candidato es diferente. Teniendo en cuenta la mala nota que en general los empleados ponen a sus jefes, tengo la ligera intuición de que en la entrevista tenéis quedemostrar 1) que sois los que más sabéis del planeta sobre vuestra área de negocio, y 2) vuestro estilo de gestión de personas. Nunca hay que mentir, pero sí poned las cartas sobre la mesa. Un apunte: la mejor forma de demostrar que sois buenos no es reproducir teoría verborreica, sino haciendo preguntas inteligentes.
  • No dejéis que el candidato se vaya con cara de Mourinho, con la duda de “¿por qué?”. Claro: “¿por qué tengo que trabajar con esta gente? ¿por qué? ¿yo no entiendo por qué?”. Es decir, los de RRHH podemos enrollarnos explicando lo bonita que es la vida en la organización, pero sólo vosotros tenéis la facultad y la credibilidad de explicarle al candidato por qué tienen que apuntarse a vuestro barco.
  • No os limitéis a practicar la escucha escucha activa (a veces ya es pedir mucho), analizad qué “dolor” tiene el candidato. Directa o indirectamente llegad al fondo de la cuestión: ¿qué necesita? ¿qué es lo que de verdad quiere?. Una vez lleguéis al dolor, si creéis que en vuestra organización y tutelados por vosotros puede “curarse”, mostradle parte de la medicina. Hay personas que buscan autonomía, otras que quieren responsabilidades, otras que necesitan cercanía y compañerismo… pero por encima de todo, cuando alguien se plantea cambiar de trabajo, busca retos. No esperéis a que la persona se incorpore para exponerle los retos que tendrá por delante, retadlos ya!

Parece sencillo y de sentido común, pero la realidad es que, una vez más, os tenéis que superar.

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